lunes, 29 de julio de 2013

5. Ceiba de Leche






Este árbol tiene el tronco lleno de espinas leñosas de forma cónica y muy agudas. Las hojas son muy distintivas, con forma de corazón y numerosas venas paralelas, muy ordenadas (en forma de "costillas"). Las heridas de la planta emanan una leche acuosa a blanca...hay que evitar cualquier contacto con ésta, pues es altamente cáustica.

Historia natural
También es conocida con los nombres de acuapar, tronador y ceibo amarillo. De esta especie se ha dicho que es el árbol que clava, que envenena y que dispara. En efecto, su tronco, especialmente en los individuos juveniles, está cubierto con agudas espinas. Se dice que envenena, pues el látex que emana de sus heridas es muy cáustico: sus solos vapores ya pueden producir alergias e irritación en los ojos en algunas personas; en contacto con la piel, produce úlceras severas. Se conoce el caso de leñadores a los que, tratando de derribar uno de estos árboles, les ha caído látex en los ojos, lo que les ha producido ceguera temporal.

Por último, se dice que dispara, pues sus frutos, de forma esférica, se deshacen en forma explosiva, lanzando las semillas a increíbles distancias, hasta a 60 m del árbol que las produjo. El sonido de explosión que suena cuando un fruto revienta, es audible a gran distancia y ha dado origen a los nombres de "tronador" y, en inglés, "monkey´s dinner bell": la campana que le anuncia a los monos que la comida está servida.

Las semillas del tronador son tóxicas y casi ningún animal las consume. Una excepción la constituyen las guacamayas (Ara spp.) En casi todas partes donde se encuentran ceibas de leche y guacamayas, las semillas del árbol forman una parte imporatante de la dieta de estas coloridas aves, las cuales abren los frutos y devoran las semillas, rompiéndolas. Es posible que por consumir alimentos de este tipo, las guacamayas tengan que visitar barrancos, donde comen tierra: los minerales contenidos en ésta pueden neutralizar las toxinas presentes en las semillas.

La madera de la ceiba de leche es buena, pero poco usada, pues el látex que contiene hace difícil trabajarla. Algunas tribus indígenas han empleado el látex de este árbol para envenenar flechas y como barbasco. A pesar de su toxicidad, la ceiba de leche ha sido empleada con fines medicinales: por ejemplo, sus hojas y corteza se han considerado un remedio efectivo contra la lepra.


Datos para la observación
En el piso del bosque se pueden buscar rastros de la ceiba de leche. Las hojas caídas indican su presencia. La ceiba de leche pierde todas sus hojas una vez al año y es en esta época cuando es más fácil encontrar hojas en el suelo. En la época cuando los árboles tienen hojas nuevas es posible encontrar en el piso del bosque los restos de los frutos, con forma de medialunas de madera.

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